miércoles, agosto 31, 2011

¿Locura, sensatez, o loca sensatez?

(Que no le sorprenda si el escrito pareciera no tener mucha ilación narrativa. Es una directa expresión de pensamientos intentando darle estructura literaria. Espero lo disfrute igual.)

¿Y qué pasaría si, de la noche a la mañana, tuvieras la oportunidad de hacer algo que, a toda vista, es una absoluta locura... pero a la vez, es tan locura que inclusive llega a ser sensato? ¿Y qué pasaría si, en contra de lo convencional, lo estructurado, lo "lógico", pudieses actuar aferrándote a una corazonada y un impulso puro, una chispa de impulso ante una oportunidad que para cualquiera parecería ilógica, pero que para tu esencia hace perfecto sentido, a pesar de todo lo que se pudiera argumentar en contra?

Si, suena a desvarío. A más de alguno le darían un pasaje de ida al Peral y el de salida no se vería en un buen rato. Díganmelo a mí (no porque haya estado en El Peral, eh). Pero por otro lado, ¡cuántos no han querido desvariar de lo convencional, de lo lógico y tirar toda la carne a la parrilla en una arriesgada cruzada! Algunos han visto la recompensa de ese salto a ciegas, otros han chocado de frente con un muro. "De los valientes se cuentan historias", dicen unos, "soldado que arranca sirve para otra batalla", dice otro. Ambos con igual razón y con perspectivas muy distintas, pero ambas válidas y muy reales. 

La vida tiene entretenidas y sorprendentes formas de presentarse en nuestro camino. Desde pequeñas señales hasta grandes anuncios imposibles de ignorar, por  mucho que se intente. Asimismo, también pone laberintos que pueden llegar a ser muy confusos, si ocupamos erróneamente nuestros recursos internos para descifrarlos. Podemos superar ese laberinto con gran facilidad o entramparnos en el mismo por mucho tiempo y desgastar muchas fuerzas en eso. El debate razón - emoción - pasión - instinto puede ser un debate eterno pues todos los expositores tienen sólidos argumentos, que no necesitan imponerse sino coordinarse. Pero generalmente hay un par que priman, y que cierran muchas puertas y espacios dejando muchas veces esa latente pregunta: ¿Y que hubiese pasado si...?. Personalmente, he intentado con todas mis fuerzas el que esa pregunta se reduzca a la menor proporción posible. La vida es una sola y no se repite para rehacer lo que dejamos de hacer, o no hicimos como queríamos. Si, puede haber reencarnación, quien sabe; pero esa es otra vida y otra historia. Sin embargo, tengo claro que no podré evitar el que en algunas situaciones esa pregunta se presente y perdure, pues escapa de mi alcance el poder dar tantos saltos y tantos intentos. También hay que preservarse y cuidarse, pues los espejismos también existen y son bastante comunes.

¿Y qué pasaría si se toparan ante una oportunidad de ese tipo, querid@s lectores/as? ¿Saltarían? ¿Lo pensarían? ¿Esperarían y rogarían que cuando puedan hacerlo, no sea demasiado tarde? ¿Lo creerían un espejismo? ¿O se arriesgarían ante la opción que se presenta?

Vida, tus caminos me sorprenden y tus actos me deslumbran. Es entretenido intentar entenderte y seguirte el paso, y ver cómo con un simple gesto de tu obra puedes dejar todo de cabeza. ¿Qué será? ¿Cual será la opción correcta? Quien sabe. Pero es muy interesante.

martes, agosto 30, 2011

"Convidado de Piedra"

Originalmente publicado en el blog "El Kiosko Bloggero", el 27/Nov/2010, gracias a una invitación a este humilde servidor por parte del creador del sitio, Daniel Arellano. Hoy transcribo su contenido a este espacio.

Convidado de Piedra
Invitado: Arturo Berger
El headmaster del Kiosco me honró hace unos días con una invitación a esta especial sección de su sitio, el “Convidado de Piedra”. Esta sección me parece bien bien entrete e interesante, pero a la vez, es una de las preguntas que siempre me dejan en jaque porque como que me bloqueo para responder cuando me piden mi película favorita, o canción, o etc. Al menos acá tengo dos, y les he dado haaaaaaartas vueltas para poder elegir los que más me representen y que luego no diga (tanto) “chuuuuu, y por qué no elegí este otro…”. Así que aquí va mi intento:
Dos libros de mi biblioteca
Estudio en Escarlata
Siempre y desde bien chico me llamó la atención el misterio, el descubrir cosas, el investigar, el llegar a la raíz de las cosas para comprenderlas y no que queden dando vueltas en el aire. Esto no implica que solamente crea en lo científico ni nada por el estilo (partamos de la base en que creo en Dios), pero si en entender y comprender el origen o la base de las cosas. De esta forma y con el pasar del tiempo, llegué a hacerme fan de una interesantísima serie de dibujos animados, a la cual sigo con pasión hasta hoy en día: Detective Conan. Este personaje, fanático del gran Sherlock Holmes y de su método, me inspiró a querer conocer más sobre este personaje tan famoso y ficticio, pero del cual tantas veces se hizo mención y comentario. Y llegó a mis manos, a través de mis abuelos paternos, el libro titulado “Estudio en Escarlata”. En este libro, que para mí fue la llave de apertura al maravilloso mundo y época narrados por Sir Arthur Conan Doyle, a los cientos de hojas que luego leería gracias a haber abierto este libro. En él me encontré con una descripción del personaje a través de su leal compañero de aventuras, el Dr. Watson, las explicaciones de la forma de pensar de Holmes, hasta en creencias o “filosofías” de vida relacionadas a aspectos que sorprendieron a Watson, por ejemplo:
“Sin embargo, mi sorpresa alcanzó el punto culminante al descubrir de manera casual que desconocía la teoría de Copérnico y la composición del sistema solar. Me resultó tan extraordinario el que en nuestro siglo XIX hubiese una persona civilizada que ignorase que la Tierra gira alrededor del Sol, que me costó trabajo darlo por bueno”.
Este hecho (en conjunto con el aparente “desbalance” e “ignorancia” de Holmes respecto a diversos temas) que es explicado por el personaje como algo tan sencillo como el especializarse en los conocimientos que le permitiesen desarrollar de buena forma su actividad, versus llenarse de cosas que no le revistiesen mayor utilidad, comenzaron a demostrarme el por qué de la fama alcanzada del personaje, en este rol tan contrario al perfil británico clásico, y más aún en la época de su nacimiento y publicación. Hasta la fecha sigo buscando lograr completar la colección de sus libros, pero cada una de sus páginas me llenó de imaginación, entretención, enseñanzas y estímulos para mis objetivos y planes de vida, además de gratos recuerdos de infancia y juventud gracias a la obra de Conan Doyle.
El Señor de los Anillos
Sí, como podrán ver, soy un aficionado a las novelas. Me identifico mucho con ellas pues también soy escritor y el observar los mundos, escenarios, personajes y otros de las mismas, que sirven de guía e inspiración a mi propia escritura. Y este libro (o estos libros, más bien) tuvieron dos etapas gigantescamente distintas entre si.
La primera vez que leí El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo era chico (debo haber tenido como… ¿10 años?). Me lo regaló mi hermana años después de que ella leyera el Hobbit, y que a mi, en el colegio, me mandaran a leer El Hobbit, sin llamarme tanto la atención. Ella me preguntó si me había gustado, le dije que igual taba piola, y me regaló ese libro. Cuando me senté a leerlo por primera vez (por ahí por los 90’s) me dio una soberana lata. El primer capítulo era puro “y los pastos verdes cual esmeralda profunda en el océano caribeño que cubría las densas capas de suave y sedosa tierra oscurecida por la lluvia cristalina y etc. etc. etc. etc. etc.” me quemó y me aburrió de golpe. No llegábamos a nada y eran hojas de hojas de hojas de puro bla blá sin norte. Cerré el libro y lo guardé de nuevo en mi biblioteca, donde durmió por varios años.
Así, llegó el verano del 2000. Entre calor y otras cosas, y haberme cambiado hace poco de casa, se me ocurrió retomar el libro y darle una segunda oportunidad, sabiendo a qué me enfrentaría otra vez. Me predispuse a superar esa parte para ver que seguía, y esa decisión fue lo mejor que se me pudo ocurrir. Sin darme cuenta y en un par de horas ya llevaba más de la mitad del libro leído, y no me quería despegar del mismo. Debo haberlo terminado de leer en menos de un día, y recordé que mi hermana me había regalado la segunda parte, que estaba algo más nueva en mi biblioteca. Al terminar el primer libro y pasar a El Señor de los Anillos: Las Dos Torres no han de haber transcurrido más de dos o tres días. Ese libro también comencé a engullirlo rápidamente, ya casi entrando en el último año de colegio que me tocaba. En los recreos los leía, en el camino a casa, en cada rato libre. Y sin darme cuenta llegué al término, corrí a buscar la tercera parte y final, el desenlace, y… ¡¡¡DEMONIOS!!! No estaba en mi biblioteca. Aún no me llegaba. Para mi cumpleaños de ese año llegaba la 3ra parte, y finalmente llegaba al momento culmine de la historia. Y esta historia de magos, guerreros, elfos, enanos, árboles gigantes caminantes, amoríos y desamores, valentía y cobardía, traición y lealtad, y tantas temáticas tan cotidianas del día a día me abría la puerta también a muchos otros caminos (conversaciones con amigos que hasta la fecha conservo, participación en foros del tema que me permitieron conocer nuevas personas a su vez, no sólo del país sino de otros lados) y también ideas y motivación para retomar la escritura, que por mucho tiempo quedó dormida en mis manos. Hoy en día el tiempo no me permite escribir mucho (que no sea enviar CV’s, informes, trabajos de diplomado, etc.) pero esta historia me recordó el sentimiento que fluye en mi al escribir una narración o idear una historia. Páginas de páginas llenas de imaginación y sentimientos metafóricos entregados a todos aquellos que deseen zambullirse en sus páginas es lo que encontrará quien se interne en las letras de J.R.R. Tolkien, de la misma forma que la actual generación lo hizo con J.K. Rowling y su pequeño hechicero.
Ahora, un último detalle en relación a la literatura. A diferencia de mi padre, no soy creyente de que la literatura “tenga” que ser material educativo, documental, histórico o filosófico. Creo fielmente que la imaginación humana es uno de sus más grandes dones y tiene su lugar bien ganado en la literatura internacional. Y no será jamás una pérdida de tiempo: son pasajes para todos a mundos, momentos y emociones distintas, sin el filtro de la raza, la religión o tantas otras.
Dos Discos en mi Wurlitzer
Donde Hay Música (Eros Ramazzotti – 1996)
Desde pequeño –y no tengo idea por qué- siempre me gustó la música de Eros Ramazzotti. Recuerdo incluso que cuando nacía el canal La Red, había un espacio en que se tocaba mucha música (aparte de los videos de Bogus y tantos otros), y de los videos que más se repetían eran, precisamente, los de Eros Ramazzotti. Y en la medida que fui escuchándolo, escuchando sus letras y siguiéndolo a lo largo del tiempo, este disco (el primero que me compré con mis pesitos) pasó a ser mi favorito de su música. Me sé cada una de sus canciones de memoria y, desde su metáfora, sus frases y sus melodías, representa muchas de las cosas que he vivido en la vida, en el aspecto afectivo y personal, y que me acompañaron en diversas etapas musicalizando esos recuerdos y esas vivencias. Hoy en día, además, es el cantante favorito que comparto con mi polola, a quien también le ocurrió una experiencia muy similar con la música de este conocido italiano. Ojalá venga pronto a dar un recital, que tanto tiempo llevamos esperando.
Voices (Vangelis – 1995)
Si bien elegí este disco como mi segundo, en realidad debo señalar que todos los discos de Vangelis que conozco me son por demás gratos y los he disfrutado, todos y cada uno de ellos. En una época de mi vida me brindaron gran paz, calma, tranquilidad y refugio, en los momentos que necesité concentrarme o conectarme conmigo mismo, relajarme o soltar tensiones. Me ayudaron también en muchas instancias de escritura, o fueron grandes compañeros en noches lluviosas, sentado al borde de una ventana viendo el agua caer. Esta música (que se considera dentro de la categoría “New Age”, como Enya, por ejemplo) es ideal para un momento de relax, un momento íntimo incluso, o un espacio personal donde se quiera un suave y tranquilo ambiente. Una delicia de música.
Mención Especial: Un tema que salió hace poco: “Arriba la Vida – CroniK”. Si bien no soy aficionado al reggaetón (y de hecho me tiene chato), este tema en particular no lo siento tan “reggaetonero”, sin embargo, su letra y la propuesta temática que plantea en ella es algo que bien podría ser un himno de vida para varios. La fuerza de vivir, el deseo de salir adelante, y de que no haya nada que logre tumbarnos, que la vida es muy corta para sufrir y hay que disfrutarla lo más posible.
Lo mejor en 8mm (o sea, mis 2 películas).
Sherlock Holmes (2009)
Sí, era obvio. Debo haber sido la primera persona en el Hoyts de La Reina en comprar entrada y entrar a ver la película el día de su estreno. Me interesaba demasiado (como me pasó con las películas del Señor de Los Anillos) ver la forma en que se traspasaba al personaje del libro, a la pantalla grande. Más aún cuando el actor elegido (Robert Downey Jr.) no tiene prácticamente ninguna similitud con el personaje narrado en el libro (alto, muy delgado, de nariz aguileña y cara afilada, versus un Downey Jr. que es mucho más chico, bastante más ancho, y con rasgos no tan marcados como los de Holmes). Sin embargo, desde la banda sonora (que es una delicia musical, el uso de los violines y de los instrumentos más clásicos está organizado de una forma perfecta), pasando por el guión, y el enfoque de un Holmes más “físicamente activo”, más que sólo racionalmente, así como la escenografía utilizada a lo largo del film, me encantaron y me dejaron por demás satisfecho como gran admirador y seguidor de la saga de novelas y relatos. Es una película de gran y entretenida acción, de muy bien logrados momentos de suspenso y tensión, que hacen que las dos horas y algo que dura la película ni se noten. Eso si: nunca será lo mismo verla en pantalla chica, LCD o lo que sea, a haberla visto en la pantalla grande. Un placer a la vista y al oído.
“Psychologycal recovery… 6 months.”


John Q. (2002)
Creo que, de todos los gustos que señalé, este será el más “profundo”, jaja.
Dentro de mis grandes sueños de vida, está el ser padre. Tanto biológica como afectivamente –si me entienden a lo que apunto-. El día en que tuve la oportunidad de ver esta película (en el cable, lamentablemente, en vez de en la pantalla grande), me llamó la atención desde el primer minuto pues actúa uno de mis actores preferidos por su desempeño en grandes films como “El Coleccionista de Huesos”. Decidí sentarme a verla, y me emocionó hasta la médula. La película nos narra, a lo largo de sus 116 minutos la historia de un padre desesperado, a quien la tan detestada burocracia pone al límite, pues su único hijo padece de una grave enfermedad cardiaca que requiere de atención y cuidados constantes, que le quieren ser negados por un error burocrático en relación al pago de las cuentas del hospital. Ante esto, la mujer de John Quincy Archibald (Denzel Washington) le exige que “haga algo al respecto”, lo que el desesperado padre cumple a cabalidad. Un intenso, emotivo y profundo film respecto al amor de un padre hacia su hijo, y cómo este es capaz de hacer lo que sea por su bienestar. Es una película totalmente recomendada para verla en familia, en singular, etc.

Espero disfruten las sugerencias y elecciones señaladas, y agradezco al gran Daniel por la invitación y la oportunidad ;)
=== O ===
Hasta ahí la transcripción de este artículo. Quise re-compartirlo en este renaciente blog como parte de también contarles un poquito de mi a quienes se integran a su lectura, así como a quienes ya me conocen desde hace algún tiempo.
Saludos queridos lectores!

lunes, agosto 29, 2011

Magia

(Es como divertido esto de abrir otro blog para que suene una playlist, y que eso sea lo que me ayude a desbloquearme mentalmente para poder escribir... jajaja).

A lo largo de la vida (aún cuando esta no es taaan extensa)  he tenido la fortuna de haber vivido diversas experiencias de todo tipo, y de haberme cruzado con diversas personas, características, personalidades, edades, etc. Recuerdo claramente como hace años atrás (digamos, el año 95?) andar con un celular enviando mensajes de texto o chateando con totales extraños era visto como una actividad absolutamente "nerd", extraña, fuera de la norma, hasta loca. Ni hablar de conocer a alguien en persona que se hubiera conocido por internet, y mucho menos entablar una relación con ese alguien. Hoy en día es pan de cada día y las reuniones de ese tipo son tan cotidianas como el respirar. 

Volviendo a la idea central, de las más importantes cosas que le agradezco al haber sido (y seguir siendo) parte de ese grupo de "locos nerds", es la cantidad de personas que pude conocer gracias a esa vía, tanto de Santiago como de fuera. De todas estas personas aprendí diversas cosas, por medio de distintas experiencias y vivencias, que día a día me han ido formando como quien soy, en conjunto con la vida misma. Sin embargo, no deja de sorprenderme la magia que algunas personas llevan, y que puede tener un impacto tan fuerte que llega a quedarle grande al lenguaje para describirla. Si algo me ha enseñado el haber conocido toda esta gente, es que el tiempo, el conocerse, el compartir es algo clave en el establecimiento de toda relación (amistosa, afectiva, laboral, etc.), sin embargo, soy un fiel creyente de que existen personas que son capaces de conectarse con uno de forma instantánea, como si la conocieses desde siempre, o inclusive de remover sectores del interior que uno jamás pensó alguien podría remover. 

¿Cuantas personas de ese tipo han conocido, queridos lectores? Con que hayan conocido una, permítanme decirles algo: ustedes han conocido la magia. No la ilusión óptica o la prestidigitación, sino la magia del ser humano. Algo que quizás no tenga explicación científica (o si, al menos yo no la conozco), pero que es tan real como el aire que entra a nuestros pulmones. 

Si tienen la oportunidad de vivenciar algo así, disfrútenlo mucho. Claro está, cuídense, pues espejismos también existen en muchas partes, pero si llegan a tener la opción de experimentar algo así, disfrútenlo mucho pues es un regalo de la vida para ustedes. Yo lo agradezco mucho y me halaga el tener la oportunidad de vivenciar algo así.

domingo, agosto 28, 2011

La palabra, el puente entre realidades.

Pocas veces nos detenemos a pensar en cuanta fuerza y cuan relevantes son las palabras en nuestra vida cotidiana, y en la de quienes nos rodean, sean estos familiares, amigos, colegas, o inclusive perfectos extraños. Pocas veces se considera lo relevante que es el lenguaje para una interacción satisfactoria, y menos aún el nivel de influencia que puede llegar a tener la palabra en un ser humano cualquiera. Más aún, hoy en día y dada la acelerada expansión de la tecnología y los medios de comunicación en tiempo real, el lenguaje se ha visto severamente condensado a la menor cantidad de palabras posibles para expresar una idea, un pensamiento o inclusive, un afecto. Y si bien esto permite la movilidad de información de manera rápida y efectiva, no es menor el recordar que el que el lenguaje tenga tanta diversidad (en especial nuestra lengua, el castellano) no es una mera o antojadiza coincidencia, sino que es el producto de siglos de interacción, desarrollo y expansión.

En mi profesión, tempranamente escuché algo que puso en conceptos un sentimiento que desde muy pequeño llevé conmigo: "el lenguaje construye realidades". Esta sencilla frase encerraba, tras si, un muy complejo aspecto, pero a la vez tan evidente que cotidianamente es pasado por alto: todo  lo que comprendemos y es parte de nuestra realidad, tiene lenguaje asociado a ello. No hay nada que no esté representado por lenguaje. Y si algo que conocemos, vivenciamos o presenciamos no posee un concepto lingüístico específico, rápidamente buscamos la forma de envolverlo y describirlo a través de otros conceptos que hagan referencia a algo similar, y que permitan en su conjunto dar cuenta lo más cercanamente posible de aquello que estamos contemplando, sintiendo, viviendo, etc. Y si nos detenemos a pensarlo un segundo, aún siendo palabras similares o iguales las que puedan conocer dos personas, los significados, interpretaciones, valoraciones afectivas y otros que tiene esto para cada uno varía por quichimil motivos distintos, haciendo del lenguaje un elemento fundamental en nuestra vida. Claro está, el lenguaje no verbal, el corporal (las posturas, las miradas, los actos, los gestos, etc.) tb. cumplen un rol fundamental, pero eso será temática de otro artículo, jeje.

Volviendo a la idea central. Al interactuar con otra persona, la forma en que se usen las palabras para producir esa interacción pueden generar muchos efectos diversos en cada uno. Palabras que para uno podrían ser nimiedades o inclusive cosas muy graciosas, para otros pueden ser palabras muy hirientes o que tengan algún grado de significación importante (por historia de vida, experiencia, educación, lo que sea). Es muy común, a su vez, que si nuestro interlocutor reacciona negativamente ante algo que le dijimos (ej.: una broma) se le tilde rápidamente de "tonto grave" o algo por el estilo, pues no reacciona como nosotros, y el trato se vuelva aún más distante o incómodo. Y esto, a su vez, genera discusiones, confrontaciones, peleas y debates totalmente innecesarios por algo que se soluciona tan sencillamente como explotando la diversidad de lenguaje que se posee, y considerando además al otro como alguien distinto con la misma capacidad de poseer un determinado tipo de lenguaje distinto al nuestro, una realidad distinta a la nuestra (ya sea radicalmente distinta o levemente distinta) y el derecho a comprender las cosas de forma distinta a nosotros, como nosotros de ellos. De esta forma, las palabras que utilicemos con esas personas, y la forma en que podamos comprender mutuamente los respectivos lenguajes y realidades de cada uno, abren la oportunidad de crear puentes entre realidades distintas y diversas, que eventualmente pueden inclusive complementarse (o no tener incidencia en la otra en absoluto), y no el intentar delimitar una realidad ajena a través de la nuestra y de nuestra forma de usar el lenguaje. Está claro, eso si, que las palabras también tienen funciones y usos y que tampoco es cosa de cambiarlas antojadizamente, como tampoco es posible transitar de un lugar a otro sin considerar sentidos de tránsito, edificaciones, etc.

Por lo anterior, cuide su lenguaje, querido lector, lectora. Las palabras pueden causar más daño, si son mal usadas, que cualquier arma, pues su huella es intangible mas altamente perceptible. A su vez, una palabra adecuada (y en especial si va asociada a un acto o un afecto concreto) puede ser de gran curación, apoyo y alegría, tanto o más que cualquier regalo adquisible o inclusive, elaborable.

Disfrutemos la riqueza del lenguaje, ese lenguaje común que tenemos como especie, a pesar de sus diversas formas.

NdA: La inspiración para el presente texto fue gracias a la música de fondo del blog de Kary. Asimismo, el empujón final para retomar la escritura se debe a ella y sus escritos. Gracias!! :)

Comenzando otra vez. Desde 0.

Ya hace aproximadamente 1 año (o más) que no escribía en un blog, siendo el mío, "Caballero De La Palabra" el último donde escribí. Lamentáblemente, la última versión de ese blog se destruyó informáticamente tras un extenso periodo de inactividad (por diversos motivos), quedando reducido a simplemente... nada. O más bien, recuerdos en mi mente. Aún albergo la esperanza de tener un último respaldo de esa base de datos en algún disco externo, pendrive, DVD, etc., pero es remota. Así que, en estricto rigor, no hay nada salvo artículos  mucho más antiguos en estos dominios. Pero como todos sabemos, el tiempo no pasa en vano y muchas cosas pasaron en ese tiempo, que fueron documentadas en el antiguo blog.

Pero bien dice la frase: no tiene sentido llorar sobre la leche derramada, así que no será esta la ocasión en que lo haga, ni el momento. De hecho, es todo lo contrario.

Todas las cosas pasan por algo, eso es algo en lo que creo fervientemente. He sentido en este último tiempo una imperiosa necesidad de escribir, como antaño, pero carecía de un lugar dónde hacerlo. Me dirán "un cuaderno", pero no es lo mismo. Quiero tener acceso a escribir donde quiera, cuando quiera, como quiera, y sin estar amarrado a un objeto en específico. Y es por ello que tomé la decisión y hoy refundo mi querido Caballero de la Palabra, en su versión 8.0 ya, desde que fuera creado hace largos años atrás.

Como siempre, están todos más que invitados a comentar, participar, sugerir, etc. Todo lo que escriba acá es producto de mi pensamiento, opinión, reflexión y creación, a menos que sea señalado de otra forma (por ejemplo, citando fuentes según corresponda). Ud., querido/a lector/a puede estar de acuerdo o no, le puede gustar o no, o puede inclusive ser indiferente, y eso está bien. Si quiere criticar, hágalo, pero constructivamente para que todos ganemos de dicha experiencia. Si quiere sumar sus pensamientos, bienvenidos sean también, en el marco del respeto. Si quiere agradecer o felicitar el escrito, también bienvenido sea. La palabra tiene esa magia de conectar y transmitir realidades, y eso quiero que ocurra aquí. Ahora, si además de gustarle lo quiere compartir, existe la opción de que lo haga en su Facebook, Twitter o en su Google+ si así lo desea, al final de cada artículo.

Como buen "renacimiento", el diseño del sitio está en una etapa bien básica. Hay mucho trabajo por delante para acercarlo a lo que era y lo que quiero que sea; sin embargo, tiempo al tiempo y paso a paso. Irán notando cambios en el tiempo, eso es seguro.

Eso. Si quiere estar atento a si algo se publica, sígame en twitter (@Alohran), pues allá se enviarán automáticamente los links a los artículos que se publiquen aquí. 

Saludos a todos, ¡un gusto estar de regreso!

Arturo B. / Alohran Leonheart.-